La historia detrás del plato: 

El problema conmigo es que el atajo emocional más rápido para "sentirme mejor", que nunca es más amorfo que cuando estoy molesta, es el doble golpe de comida y permiso. La Cuaresma, que viene como lo hace inmediatamente después del invierno profundo, generalmente me encuentra a varios pasos de mi ser mejor, triste y ansiosa, desesperadamente antojada de no solo algo rico y relajante para comer, sino también el alivio de dejarme comerlo cuando, por alguna razón, no debería. Cuando era una vegana relativamente estricta, esto lo lograba mejor comprando macarrones con queso real o suficiente cantidad de comida india para varias personas cuando mi cuenta bancaria ya estaba muy baja: un alivio de la energía mental de la ética y la responsabilidad fiscal, más la combinación invicta de lácteos y carbohidratos refinados. Como regla general, entraba en Cuaresma sin dinero y fuera de lugar, fundamentalmente desnutrida. 

El objetivo de esta sopa es ser lo suficientemente buena como para calmar, vale la pena el tiempo que lleva prepararla (pero es mejor que no sea demasiado largo), y está compuesto principalmente de alimentos básicos. Es vegano a menos que se use crema láctea, lo cual nunca he hecho y realmente no creo que sea mejor que la leche de coco, pero lo que la gente tiene a mano varía. Se prepara rápidamente. Las lentejas son buenas para uno. Es de un color rico y brillante y sabe a muchas cosas, pero no a un compromiso. Es el tipo de sopa que, una vez que supera las patadas y los gritos, porque lo que realmente quiere Ud. es activar su aplicación de servicio de entrega y pedir palakh paneer y chana masala y baingan bharta y naan y también una gran plato de macarrones con queso y nunca más pagar el alquiler, es un toque cálido y gentil para la parte dolorida y loca de Ud. que piensa que volar las cosas es lo que realmente quiere, pero está equivocada. 

El objetivo de la Cuaresma, creo, es de alguna manera hacer que la insostenibilidad absoluta de obtener lo que quiere Ud. como socorro sea dolorosamente claro. Nuestras necesidades, para un sentido de agencia y significado, para alimentar el cuerpo y el espíritu, son reales, pero nuestros deseos están desordenados, y la satisfacción que obtenemos de satisfacer nuestros deseos por encima de nuestras necesidades es simplemente lamer los labios agrietados. La disciplina de decir no a nosotros mismos no es, idealmente, autoflagelación. Es desconectar del ruido familiar para escuchar un sí mucho más profundo y duradero: el sí que es la forma más fundamental en que Dios se relaciona con nosotros, el sí de los pecados perdonados, las necesidades cubiertas, la debilidad sostenida, los espíritus real y verdaderamente alimentados. La torrente, por así decirlo, del agua viva que, después de haberla bebido, nunca volveremos a tener sed. 

Los seres humanos viven, en general, en desiertos de nuestra propia creación, individual y colectivamente. Tomarse cuarenta y tantos días para peregrinar en el desierto del Dios Todopoderoso parece desde el exterior ser una adición inaceptable de dificultades. Pero es allí donde realmente somos alimentados. 

Además, la sopa es buena